Las tierras regadas por el río Arlanza, comprendidas entre Lerma y Santo Domingo de Silos, nos ofrecen un extraordinario patrimonio, de especial significación en la historia de Castilla. Además comprende parajes naturales de gran belleza como el desfiladero de la Yecla.

Aún se conserva el recuerdo de lo que fue el castillo de los Lara, donde naciera, hacia el año 910, el conde Fernán González. A sus pies, parece una de las joyas del arte burgalés: la iglesia visigoda de Quintanilla de las Viñas. Construida a finales del siglo VII, quedan en pie el ábside y el crucero de la iglesia.

Covarrubias

Sale el río del estrecho valle al llegar a Covarrubias. Fue fundada en el año 978 por el conde García Fernández. La villa pronto prospera de la mano de sus señoras abadesas: doña Urraca, hija del conde fundador, y doña Sancha, quien, en 1148, otorga fueros a la población. Aún hoy, mantiene la población su estructura medieval. De aquellos tiempos de esplendor, conserva su Colegiata numerosos testimonios, siendo los más preciados los sepulcros de Fernán González y su esposa doña Sancha, traídos aquí desde San Pedro de Arlanza en 1841.

Estuvo amurallada en otro tiempo. Se aprecia en su trazado la ronda de muralla dentro de la cual se levantó la villa. En nuestro recorrido por Covarrubias contemplaremos numerosas casas de tipo tradicional, de atractivas fachadas, en las que se aprecia la belleza del entramado castellano. Magníficos ejemplos de vivienda popular se pueden contemplar en las plazas de doña Urraca, de doña Sancha y del Obispo Peña.

San Pedro de Arlanza

Pronto topamos con el río Arlanza y, junto a él, las ruinas del monasterio de San Pedro de Arlanza. Aquí nació Castilla. Este monasterio benedictino fue fundado en el año 912 por Gonzalo Fernández, padre de Fernán González. El poderoso conde castellano incrementó sus posesiones y privilegios e incluso lo escogió para ser enterrado. No obstante, la primitiva construcción románica fue comenzada en el 1080. A finales del siglo XV fue reformado por arquitectos de la talla de Simón y Francisco de Colonia. La desamortización de Mendizábal acabó con más de 900 años de historia y esplendor del monasterio.

Back To Top